1. Reducción progresiva de los HFCs
El Acta AIM exige la reducción gradual de la producción y el consumo de HFCs, con el objetivo de alcanzar una disminución del 85% para el año 2036. Este esfuerzo ya ha comenzado, y se espera que el objetivo sea alcanzado dentro del plazo establecido.
Esta medida está alineada con la Enmienda de Kigali del Protocolo de Montreal, que busca reducir el uso de sustancias con alto potencial de calentamiento global (GWP). En el caso del sector automotriz, esto implica que el refrigerante R-134a, que ha sido el estándar en sistemas de aire acondicionado de vehículos por muchos años, deberá ser reemplazado por alternativas más sostenibles, como el HFO-1234yf, que tiene un GWP inferior a 150.
2. Reparación de fugas en sistemas de aire acondicionado
Uno de los puntos más importantes de la normativa es la gestión de fugas en los sistemas de aire acondicionado automotriz. Los sistemas que contienen refrigerantes con un GWP superior a 53, como el R-134a, deberán ser monitoreados regularmente y reparados de inmediato si se detectan fugas.
Este requisito asegura que la cantidad de refrigerante liberado al ambiente sea mínima, ayudando a reducir el impacto ambiental de estos gases. Además, añadir refrigerante a un sistema que presenta una fuga será considerado una práctica ilegal, lo que refuerza la importancia de reparar las fugas antes de recargar el sistema.
3. Uso de refrigerantes recuperados
A partir de 2029, se exigirá que el mantenimiento y la reparación de los sistemas de aire acondicionado automotriz se realicen utilizando refrigerantes reciclados o recuperados. Estos refrigerantes no podrán contener más del 15% de HFCs vírgenes, incentivando así el uso de materiales reciclados y disminuyendo la necesidad de producir nuevos gases.
En resumen, la nueva regulación de la EPA bajo el Acta AIM representa un cambio significativo en la manera en que manejamos los refrigerantes en los sistemas de aire acondicionado automotriz. Adoptar prácticas sostenibles, como el uso de refrigerantes de bajo GWP y la reparación inmediata de fugas, será clave para cumplir con estas normativas y contribuir a la protección del medio ambiente.
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